n comerciante de la ciudad de Villa Dolores será juzgado por infracción a la ley 14.346 que reprime los malos tratos y actos de crueldad a los animales, más conocida como “ley Sarmiento”.
El fiscal Sergio Cuello imputó Juan Domingo Vergara (67) y elevó la causa a juicio a la Cámara del Crimen y Correccional.
Vergara aún tiene posibilidad de apelar la decisión del fiscal, pero hasta ahora no lo hizo, según señalaron fuentes judiciales.
Los hechos por los que fue acusado Vergara sucedieron, según la
fiscalía, entre diciembre de 2012 y julio de 2013, en el patio de una
compra y venta de aberturas usadas, ubicada al 700 de avenida San
Martín, donde estuvo encadenada a un árbol una perra de raza mestiza,
tamaño mediano, lomo negro y patas marrones, de aproximadamente un año
de edad, en avanzado estado de abandono y desnutrición.
El animal presentaba además una herida infectada y contaminada en la
cara interna del brazo de unos ocho centímetros de profundidad,
realizada con un cuchillo o un elemento similar.
Ante la contundente denuncia de vecinos, al declarar, el imputado
sostuvo que había encontrado a dos perros (macho y hembra) de unos 20
días, abandonados en la puerta de su comercio y como le dieron lástima,
decidió hacerse cargo de ellos y empezó a comprarles leche para
alimentarlos. Afirmó que a medida que fueron creciendo los perros, los
hizo vacunar y desparasitar, comprándoles el alimento recomendado por el
veterinario.
Contó en su descargo que el perro escapó y resolvió atar a la hembra
por temor a que se le escape y la atropelle un auto. Dijo que siempre la
alimentaba y los fines de semana, cuando el negocio estaba cerrado, le
dejaba a la comida a un vecino para que se la diera.
Para justificar la herida que presentaba la perrita, Vergara indicó
que habría sido atacada por ladrones que intentaron robar en el negocio,
ya que un día encontró el candado violentado y su mascota estaba renga.
En contra
Los distintos testimonios recogidos por el fiscal Cuello dan por tierra con las manifestaciones del comerciante.
Marcelo Vento alertó a la Subcomisión Amigos de los Animales sobre
el estado de la perra, denunciando que le dijo a Vergara que debía
llevarla a un veterinario para que le curara la herida, cosa que no
hizo, según él.
Marta Elizabeth García, colaboradora de la mencionada protectora,
concurrió al lugar y con el permiso de un empleado constató el estado
calamitoso de la perra. A los pocos minutos llegó Vergara y le comunicó
que era indispensable llevar a la perra a un veterinario, “porque corría
riesgo de una gangrena si no recibía atención”. La mujer le remarcó que
la médica veterinaria Catalina Lozada atendería a la perra y los
honorarios y gastos se arreglarían más adelante a un precio especial.
Al día siguiente, García comprobó que el hombre no había hecho nada.
Otros testimonios fueron coincidentes en cuanto a que el animal estaba
siempre encadenado y a la intemperie. Dolores Lilian Berón contó que
“los llantos y gemidos del animal eran desgarradores”. Agregó que en una
ocasión fue a ver a la perra porque siempre estaba al rayo del sol y
sin agua, y advirtió que le habían dado alimento balanceado mezclado con
“pelotitas” de paraíso y vidrio picado.
También resultaron comprometedores para el imputado los informes de
la veterinaria Atel donde fue internada la perra porque necesitaba
curaciones diarias y reposo en un lugar limpio durante bastante tiempo.
Una vez recuperado, el animal le fue entregado a Marta García en
calidad de depositaria judicial, hasta que se resuelva este caso.
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